Por Diaz Francisco
El Manchester City priorizó el dominio del balón antes que la efectividad en el Bernabéu. Intentó marear al Real Madrid bajo un estilo de juego planteado por Pep Guardiola poco ortodoxo y no le resultó muy efectivo. Tal es así que durante todo el primer tiempo, el conjunto blanco disparó tan solo una vez al arco y el balón acabó al fondo de la red.
En la primera que Camavinga se animó a proyectarse en ataque, el Madrid no se desaprovechó y finalizó la jugada con un derechazo de larga distancia por parte de Vinicius. El Merengue había generado poco y nada, pero se fue a los vestuarios con ventaja. Así es el conjunto blanco cuando juega su competición, nunca hay que darlo por muerto.
Otra de las particularidades de Guardiola en la jornada de ayer fue que decidió no realizar cambios en todo el encuentro. Incluso, en el momento de igual el marcador, sacó su mejor versión culé y decidió enfriar el partido, ante la posibilidad de que el Madrid vaya a buscar la victoria.
“Pensé que estaban bien los que estaban. Bernardo (Silva) y Jack (Grealish) fueron determinantes para retener el balón y darle continuidad al juego”, explicó en rueda de prensa, para luego destacar las transiciones madridistas: “El Madrid apela a la transición, especialmente con Rodrygo, Vinicius y Valverde, que son capaces de trasladar la pelota durante más de 40 metros”.
Es por eso que Pep acabó el encuentro de ida por las semifinales de Champions League con los mismos jugadores que lo iniciaron. “Si el partido se hubiese vuelto loco, nosotros no teníamos jugadores tan buenos con esas características. Por eso buscamos apelar a la pausa”, concluyó.
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