Por Diaz Francisco
Había tiempos en los que se creía que Isco tenía un sexto sentido. Hacía magia con sus pies y enamoraba a todos dentro del campo de juego. Primero lo disfrutó el Málaga, y después lo gozó el Real Madrid en su mejor nivel. Lamentablemente, poco queda de aquel mediocampista capaz de hacer maravillas con el balón bajo la suela.
Ahora ya son solo recuerdos. Isco se encuentra en la etapa final de su carrera luego de quedar libre en el Sevilla y ya pocos equipos europeos lo quieren de vuelta. Pero que su peor momento no tape su mejor versión. Uno de los primeros en deleitarse con su elegancia fue Brahim Díaz. El mediapunta creció viéndolo como recogepelotas en La Rosaleda y lo tomó como referencia.
La vida los quiso juntar por un corto período de tiempo en el vestuario del Madrid para que terminaran de formar una bonita relación y cerrar así una historia que comenzó cuando Brahim era apenas un niño. Mientras la carrera de Isco iba en caída, su ‘alumno’ crecía a pasos agigantados en el Milan.
Hoy, el Merengue le ha vuelto a dar una oportunidad a Díaz, pero ya sin Isco en los vestidores. El malagueño viene de cuajar una gran estadía en Italia y buscará ser más constante y continuo que su ídolo. Isco supo brillar de a ratos y eso fue lo que terminó de sentenciar su carrera, una conducta que Brahim no deberá copiar.
13/12/2024
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