Por Tomás Valle
El enfrentamiento entre el Real Madrid y el Mallorca dejó en evidencia el poderío del equipo blanco, aunque no logró quebrar la sólida defensa planteada por el conjunto visitante en los primeros 45 minutos. A pesar de controlar el juego en todos los aspectos, el equipo de Ancelotti se enfrentó a un muro defensivo rocoso que resistió los intentos de penetración. Pero que demostró el repesto y la temerosidad que tienen por el club blanco.
El Real Madrid apostó por un enfoque de juego total, manteniendo la posesión del balón en el campo del Mallorca. Este planteamiento obligó a los jugadores visitantes a replegarse cerca de su arco, confiando en la solidez de su bloque defensivo para resistir los constantes intentos de penetración del equipo blanco.
El defensor Rüdiger, en un enfrentamiento constante con Larín, demostró un control excepcional sobre el delantero canadiense. Esta lucha mano a mano fue un aspecto destacado de la primera mitad, donde el alemán logró neutralizar efectivamente las amenazas ofensivas de su oponente.
A pesar de los esfuerzos del Real Madrid por desmantelar la defensa del Mallorca, el bloque bajo propuesto por la visita se mantuvo firme. El equipo de Ancelotti se encontró con dificultades para encontrar huecos en la estructura defensiva rival, lo que llevó al choque constante contra un muro rojo de defensores.
El equipo blanco, conocido por su capacidad para superar obstáculos, buscará estrategias efectivas para desbloquear la defensa del Mallorca en la segunda mitad. El regreso de jugadores clave como Carvajal y Vinicius Jr. podría aportar nuevas dimensiones al juego del Real Madrid, ofreciendo soluciones creativas para superar la resistencia del equipo visitante.
13/12/2024
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