Por Diaz Francisco
La decepción de Etihad comenzó mucho antes de que acabara el partido. La suplencia de Antonio Rudiger sorprendió a más de uno después del excepcional partido que había hecho en el Bernabéu defendiendo a Erling Haaland. El alemán había reemplazado a Éder Militao, que estaba sancionado por acumulación de tarjetas, y rindió con creces pese a no ser un constante en la titularidad.
Muchos pensaron que Rudiger no estaba en la forma suficiente para ir desde el inicio en unas semifinales de Champions League, y aún así calló a todos los que dudaron de él. Haaland apenas tuvo influencia en el juego en el Bernabéu y en Madrid estuvo imbatible en defensa.
Para la vuelta, y ya con Militao disponible, Ancelotti sentó a Rudiger y fue con el brasileño desde el arranque. Si bien el delantero noruego no pudo convertir, el marcador final (4-0) dejó en evidencia a la defensa. Carletto puso al central germano en el minuto 63, pero ya era demasiado tarde.
Según Relevo, Antonio quedó muy desilusionado tras el partido. No solo por la derrota, sino también por no haber sido titular. El zaguero se sentía con confianza y lo había demostrado en la ida, pero Ancelotti dio un giro inesperado a última hora y mandó al banquillo a la pesadilla de Haaland. Más que enfado, fue decepción lo que sintió Rudiger, por lo que Florentino Pérez se vio obligado a intervenir para levantarle el ánimo.
02/12/2024
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