Celta de Vigo va en busca del que fue el reemplazo de Cristiano en el Real Madrid

El Real Madrid, que ya ha terminado su pretemporada, sigue trabajando en la operación salida de varios futbolistas que no son tenidos en cuenta por el mister, en la que se han logrado importantes avances con los traspasos de Take Kubo, Luka Jovic y, ahora, Borja Mayoral.

El atacante, formado en La Fábrica, ha sido traspasado al Getafe, club que adquiere el 100% de los derechos del jugador, tras dejar 10 millones de euros a las arcas de la entidad madridista. Sin embargo, Mariano Díaz sigue siendo el gran dolor de cabeza del madridismo y de los dirigentes blancos, que ven una vez más como el delantero hispano-dominicano se aferra a su contrato para mantenerse en el Real Madrid.

Más noticias del Real Madrid:

El fichaje del Real Madrid que puede romper todos los records de transferencias

Sorpresivas declaraciones de Carletto Ancelotti sobre el clásico rival

El periodista Matteo Moretto ha informado que el Celta de Vigo ha iniciado los contactos por el atacante merengue, ya que es uno de los grandes objetivos de Carlos Mouriño y Eduardo Coudet, quien ha dicho "vamos lentos en nuestro mercado", pidiendo claramente un esfuerzo por parte del club en el tema de altas y bajas. Los celtistas esperan convencer a Mariano Díaz.

Es una operación que es muy compleja, especialmente porque hay equipos que ponen incluso más dinero sobre la mesa, algo que no es prioridad para la entidad madridista. Además, el otro gran escollo es el alto salario del jugador, quien tiene contrato con el Real Madrid, hasta verano de 2023. Su deseo, al igual que lo ha hecho Garteh Bale en su momento, es mantenerse en el club, donde percibe un sueldo alto para luego terminar su contrato e irse en libertad de acción.

<strong>El heredero de la ‘7’</strong>

Las expectativas cuando se reincorporó a las filas del Real Madrid nuevamente eran muy altas, tanto que tras la partida de Cristiano Ronaldo al Manchester United, Mariano Diaz, tras su gran temporada el Olympique de Lyon, se le asignó la mítica y legendaria camiseta Nº7, un peso que no logró soportar, ya que su rendimiento no asomó ni un poco lo que había demostrado en el equipo francés.