Por Diaz Francisco
Pasan las horas y la sensación de robo al Real Madrid aumenta exponencialmente. La tarea tanto de Mario Melero López como del VAR fue lamentable y terminó perjudicando seriamente al Merengue contra Girona en el Santiago Bernabéu. Las dos grandes polémicas fueron un penalti mal sancionado a Marco Asensio y un gol mal anulado a Rodrygo.
Sobre la jugada de Asensio no hay grises: el balón le da claramente en el pecho y no era penal. Ahora bien, las imágenes de la transmisión dejaban algunas dudas sobre una posible infracción de Rodrygo sobre Gazzaniga -portero del Girona- al momento de impactar el balón. Pero todas esas dudas se esfumaron al observar la acción frame a frame.
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Si el guardameta de la visita tenía el balón controlado por debajo de su palma, el gol debía ser anulado. Sin embargo, luego se demostró que cuando Rodrygo disparó, el argentino solamente tenía dos o tres dedos en contacto con la pelota y, por si fuera poco, estaba intentando rodarla hacia su cuerpo. Esta combinación de factores, que analizó el VAR, demuestran la validez del gol.
Muchos se escudaron en que en el reglamento dice que el portero tenía el control de balón, cosa que no sucedió, pero es que además hay una salvedad que expone más el fallo arbitral. La regla es clara sobre una excepción: “El guardameta estará en posesión cuando retenga el balón en las manos o entre las manos y una superficie, excepto si el balón rebota en el guardameta o después de que este haya efectuado una salvada”. Cabe recordar que antes del impacto de Rodrygo la pelota había rebotado y había sido salvado por Gazzaniga.
04/12/2024
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