Por Tomas Hernandez
El arbitraje español no está atravesando su mejor momento, eso es algo que se sabe y aún con la ayuda del VAR, cada partido termina con polémicas que dejan más problemas que soluciones. Muchos equipos en algún momento se sienten perjudicados contra las determinaciones que los colegiados terminan decidiendo.
No es entendible las fallas garrafales y errores groseros, cuando se utiliza como apoyo el sistema del VAR. La falta de unificación de criterios y las diversas interpretaciones de los árbitros, provocan partido tras partido perjuicios a los diferentes equipos. Las manos son las cuestiones más recurrentes de quejas y presentaciones, donde el Madrid lo ha sufrido y no se exceptua.
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Lo que pasa con Eduardo Camavinga, es un claro reflejo de lo fácil que se puede hacer para los árbitros, tener la tarjeta fácil con el jugador del Madrid en comparación con otros jugadores. Si vamos a las comparaciones, el juego brusco que recibe Vinicius Jr no es sancionado de la manera que realmente merecen.
El jugador del Real Madrid aún sin merecerlo, es víctima del desastre de los árbitros, que lo condicionan fácilmente. En el partido frente al Getafe, dos jugadores del culé tuvieron acciones temerarias con patadas descalificadoras y el arbitro no sancionó con roja directa. El perjuicio al Getafe fue evidente en favor del Barcelona, que impunemente no tuvo sanción.
03/12/2024
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